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INTELIGENCIA 2011-2016: EL FIN DEL SIN… ¿FUJIMONTESINISTA O KEIKISTA?

Publicado: 2011-07-08

INTELIGENCIA 2011-2016: EL FIN DEL SIN…¿FUJIMONTESINISTA O  KEIKISTA?

 “(…) a la hora de discutir la inteligencia como herramienta estatal, es fundamental distinguir entre lo que se podría denominar el modelo autoritario y el modelo democrático de inteligencia”.

 Andrés Villamizar en La reforma de la inteligencia. Un imperativo democrático. Ensayos de Seguridad y Democracia.

Son comunistas, dijo un día Belaúnde, y así quedó anotado en los archivos del SIN, donde el Coronel Segura Gutiérrez (Subjefe del SIN y luego jefe del mismo tras el golpe del 3 de octubre de 1968) simbolizaba el mismo aparato de inteligencia puesto al servicio de dos causas distintas: el sistema capitalista y la experiencia revolucionaria”.

 Augusto Zimmermann en Camino al socialismo (Lima, 1976).

 

Por: Andrés Gómez de la Torre Rotta

Pesada carga en la mochila exhibió el keikismo de Fuerza 2011 en cuanto a inteligencia durante la campaña que pasó. Mucho, muchísimo le debe esta colectividad política al ejército y a buena parte de la Marina (la de los almirantes Montes Lecaros, Arnaiz, Ibárcena, Arriarán, Castilla Meza, Sánchez Sotomayor, Rozas, y del Comandante AP José Dellepiane Massa, entre otros), que se convirtieron en el soporte político del decenio fujimorista (1990-2000). Esto también se puede ver en un reciente artículo del almirante Dante Matellini Burga, ex Presidente de la CEPRI de los años noventa, nos ilustra de las supuestas bondades del fujimorismo y reivindica a alguno de los personajes navales antes aludidos.

Sin embargo, durante la reciente campaña llamó la atención en el núcleo y entorno más cercano al keikismo la inexistencia de asesores para defensa e inteligencia provenientes de las Fuerzas Armadas; particularmente del Ejército y de la Marina. Fueron tres solitarios representantes, Rafael Rey Rey, y los generales de policía Marco Miyashiro Arashiro y Octavio Salazar, quienes dieron la cara en los momentos públicos de abordaje de temas de seguridad nacional. 

¿Un nuevo SIN o uno viejo SIN Montesinos?

Casi nada dijo Keiko sobre inteligencia durante la campaña. Solamente en alguna oportunidad se refirió a que el sistema de inteligencia (SINA) debería dedicarse a monitorear a los excarcelados por terrorismo de los gobiernos 2001-2006. Luego reivindicó al urbismo colombiano, olvidando que, tras su política de seguridad democrática, existió una gravísima crisis terminal en DAS (el servicio secreto), que fue intensamente utilizado para “chuzadas” (chuponeo ilegal contra periodistas, políticos, magistrados, etc.), operaciones políticas, prácticas antidemocráticas, y exhibió una notoria corrupción vía empleo de fondos reservados. Hasta se habló de un “Montesinos colombiano”, que fue un conspicuo asesor presidencial en el Palacio de Nariño. Todos los ex jefes del DAS uribista  (Noguera Cotes, Peñate Giraldo, Hurtado Afanador) se encuentran ahora en graves problemas con la justicia de su país, al punto que el propio Álvaro Uribe señaló que debió cerrar el DAS.

Así, la ex candidata de Fuerza 2011 no debe olvidar que el fujmorismo reconvirtió drásticamente al sistema de inteligencia nacional en la década de los noventa. Lo hizo mediante el Decreto Legislativo 746 de 1991 y el Decreto Ley 25635 de 1992. En ambas normas  se plantearon cambios profundos a la estructura de inteligencia, ya con Vladimiro Montesinos en el SIN. Fue la asesoría jurídica del SIN (la antigua OTAJ), integrada entonces por el abogado Pedro Arzacés Huertas Caballero (cfr. Transcripción Interrogatorio - Audiencia Pública 18-01-2008 P.J. “La Cantuta” y “Barrios Altos”, Sala Penal Especial) y por la estudiante de derecho Gloria Sánchez Luque, el lugar en que se preparó y dio forma a la traumática reconversión de inteligencia. Ambos personajes, Huertas y Sánchez Luque, fueron antiguos trabajadores del SIN, integrados a éste a fines de los años sesenta e inicios de los setenta. Como idea genérica y posibilidad, la unificación del SINA (inicialmente no se empleó la palabra “centralización”) se incubó a fines de los años ochenta dentro del Comité de Asesores (COA) del SIN, donde ya venían laborando dos personajes claves: Rafael Merino Bartet y el abogado Augusto Antonioli Vásquez, de preponderancia en la trama de inteligencia de  los años noventa (1). 

En el SIN del noventa se afianzó la llamada marea roja, es decir, la predominancia de un arma del ejército a la que pertenece el Presidente electo Ollanta Humala: la artillería -el rojo es su color distintivo-, que tomó la batuta en la conducción de inteligencia, marcando distancia de los años ochenta, donde sus jefaturas provenían del arma de infantería. Sobre Montesinos (artillero), debemos decir que fue un mal remedo de diversos personajes: Fouché, Edgar Hoover, Markus Wolff, y el nicaragüense Lenín Cerna (artífice de la policíaca DGSE sandinista). Creó un SIN muy parecido a la RDA bajo la Stasi  (cfr. Dirk Kruijt), como puntal del poder del Estado (cfr. Anna Funder). Bien vale la pena recordar que Vladimiro Montesinos creció en los años setenta bajo la sombra de varios jerarcas militares peruanos, decisivos precursores de la actividad de inteligencia a partir de la década de los sesenta: Edgardo Mercado Jarrín, Enrique Gallegos Venero y Jorge Fernández Maldonado Solari, entre otros; y alternó con Francisco Loayza Galván, Rafael Merino Bartet y el argentino Norberto Ceresole en los famosos gabinetes asesores del Ministerio de Guerra.

Un SIN democrático y otro “montesinista”, ¿o la misma mona con diferente seda?

Desde un novísimo keikismo pareció  afianzarse una antigua y conocida visión referida a deslindar con el ‘Doc’ y el SIN de los años noventa, separación casi imposible que intentó romper con la dupla fujimontesinista. Este planteamiento fue tabla de salvación, a modo de tinglado,  pergeñado por algunos de los trabajadores civiles cesados del desactivado SIN  de los noventa, en los períodos de Valentín Paniagua y Alejandro Toledo, recuperada la democracia. Aquellos se auparon al artificio keikista y le añadieron a éste, unilateral y deliberadamente, un adicional, acomodaticio y desconcertante colofón a modo de sub-división: un “SIN democrático” (otrora aparentemente fujimorista reconvertido nada menos que en keikista), respetuoso de la legalidad e integrado por “cuadros técnicos, duchos y experimentados”, y muy ventajosamente sin responsabilidad penal, civil o administrativa, “absueltos de procesos judiciales”,  frente a un SIN “delictivo, paralelo, montesinista”, con la única intención de intentar un ansiado,  añorado, pero inviable reingreso luego de once años, al órgano  rector de inteligencia, hoy Dirección Nacional de Inteligencia, DINI. Son segmentos que, generacionalmente, se encuentran en un promedio de edad entre los 50 a 60 años, y en algunos casos hasta más.

Flaco favor hicieron tales segmentos aludidos, cesados provenientes del ex SIN, al keikismo. Durante la reciente campaña, empezaron a publicar en estilo y modo abiertamente confrontacional, conspirativo, ideologizado, revanchista, profundamente resentido, confusamente agresivo, rabioso, maniqueo, termocéfalo, personalizado, y especialmente desesperado para obtener tribuna, en contra de algunos países (llámese Cuba y Venezuela), ciertas instituciones, determinados poderes públicos (el Judicial especialmente), políticos y organizaciones, que  nada tenía que ver con el aggiornado y posmoderno estilo contemporizador y de distensión del discurso keikista. Como dice la sabiduría popular, “el tiro les salió por la culata”.  

Diplomacia “SIN” Inteligencia

Es importante también recordar que Alberto Fujimori cultivó un especial vínculo, vía pragmatismo y realismo, con Cuba y Venezuela, tendiendo puentes con La Habana y Caracas, con diplomacia militar y de inteligencia de por medio. Para muestra, varios botones; a saber:

-  Un embajador peruano en Caracas nombrado por Fujimori en el año 2000 fue nada menos que cierto general de división del ejército, del arma de artillería, ex Ministro de Defensa y oh sorpresa un ¡prolongado ex jefe del SIN!

-  Durante el decenio fujimontesinisita hubieron excelentes relaciones, intercambios y nexos entre el SIN y la DISIP chavista del capitán José Elicer Otayza y el oficial naval Edgar Blanco Carrero. La inteligencia boliviariana intentó con un Proyecto de Ley, del Sistema Nacional de Seguridad (SNS), en el año 2000, adoptar el esquema fujimontesinista de inteligencia. Algo similar se repitió en el año 2008, con la frustrada Ley sapo  o el derogado Decreto 6.067.

- Por su parte, Fidel Castro terció e intercedió en el rescate a los rehenes de la embajada del Japón en Lima en 1997, ofreciendo asilo a los miembros del MRTA en Cuba. Llegó a sostener una entrevista con Fujimori en la mismísima La Habana para coordinar dichos efectos.

-  Un personaje clave, poco conocido, de la fructífera relación política entre el Perú con Venezuela y Cuba, lo fue un Vicealmirante: Juan Castilla Meza, ex Ministro de Transportes, Comunicaciones, Vivienda y Construcción fujimorista. Hasta ciertas veces fue encargado nada menos que de la Presidencia del Consejo de Ministros; y, por si poco fuera, se desempeñó como embajador acreditado en la Caracas chavista (1996-1999) y en La Habana castrista.

-  Más que evidente -y cómplice- fue la postura venezolana durante la Asamblea General de la OEA de Winsdor, Canadá, del mes de junio del año 2000, donde ese país, por intermedio de su Canciller José Vicente Rangel, se convirtió en escudero del binomio peruano Trazegnies & Ramacciotti, para legitimar nuestro proceso electoral del año 2000; posición diametralmente opuesta a la asumida por el gobierno adeco de Carlos Andrés Pérez en 1992, en contra  del 5 de abril.   

Como sabemos, el Servicio de Inteligencia Nacional intentó en no pocas oportunidades inmiscuirse equivocada y negativamente en la formulación y manejo de la política exterior peruana durante los años noventa. Se hizo tabla rasa de la doctrina de inteligencia. Paradójicamente ello no fue señalado por la oposición o por algún “caviar”, sino que vino desde el propio oficialismo fujimorista. En el año 1992, siendo Ministro de Relaciones Exteriores Augusto Blacker Miller (2) la Dirección Nacional de Frente Externo (DINFE), envió una “Nota de Inteligencia” (de fecha 9 de marzo de 1992) a la Cancillería, por canal de inteligencia, en donde pretendía asumir y corregir la fundamentación, argumentos y estrategia propia, elaborada por la cartera de Relaciones Exteriores frente al proceso de negociaciones bilaterales llevada a cabo con Chile, para la ejecución plena del Tratado de Lima de 1929. Hubo una encubierta intención de cuestionar la labor de la Comisión Marchand (3), asesora del proceso.  El segundo intento se hizo a intervalos, en 1998, bajo la misma técnica, pero de manera más aislada y no institucionalizada como DINFE-SIN, para plantear, al igual que en 1992, “teorías” alternativas frente al proceso de negociación llevado a cabo por los Cancilleres Tudela y Ferrero con Ecuador para dar solución a los denominados impases subsistentes. En el primer caso, fue el mismo Canciller Blacker quien advirtió y alertó de esta nociva práctica al jefe del SIN, Julio Salazar Monroe.

Una DINI SIN fujimontesinistas

El keikismo fue cuidadoso y en extremo cauto con el resurgimiento del fujimontesinismo, el cual pudo configurarse a corto plazo como consecuencia de una  DINI integrada por elementos reincorporados del ex SIN, en el marco de presiones ejercidas por estos últimos, los que estuvieron exigiendo, a modo de resarcimiento o compensación, cuotas y espacios laborales en la DINI o el Ministerio de Defensa (intentaron acercarse a ciertos congresistas electos de Fuerza 2011). Estos segmentos asumieron una extraña condición de  “competentes víctimas”, producto de razzias o purgas de inteligencia en democracia, aludiendo  como parte de su fundamento para su reingreso a la DINI un pasado desempeño en el “SIN democrático” de los noventa.

¿SIN  ideas legislativas?

No vemos en el horizonte la posibilidad de resurgimiento del malhadado Proyecto de Ley 2563/2007-CR (Luis Giampietri y asesores) que pretendió, incompetentemente, en este Congreso que culmina, retomar el modelo de inteligencia de Dirección Central, o centralismo unificado de mando, de 1991 y 1992. No imaginamos en un futuro a una DINI sin COIN. Tan mal estuvo planteado dicho proyecto que, contradictoriamente, se empleaba en el mismo, reiteradamente, por un lado el concepto de Dirección Central, en la Fórmula Legal (cuya operatividad consiste justamente en eliminar el proceso colegiado de toma de decisiones, tal como se hizo con el Consejo Superior e Inteligencia - COSI, en las leyes de 1991 y 1992), mientras que por el otro lado ¡se fortalecía el COIN! con la inserción de las inteligencias sectoriales de las tres ramas de las FF. AA.         

Se escuchan planteamientos genéricos que apuntarían a posibles modificaciones legislativas de inteligencia (4); en todo caso, nada fácil será esa tarea, aunque lo bueno del contexto es que no pasará, felizmente, por la engañosa estructura de los años noventa, en un contexto de posible y futuro reverdecimiento del órgano rector del SINA.

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(1) El Comité de Asesores (COA–SIN) estuvo conformado durante los años ochenta por Rafael Merino Bartet, Francisco Loayza Galván, Jorge Sosa Miranda,  Alberto Salazar Virú y Augusto Antonioli Vásquez; y por algún tiempo también por Jorge Váscones de Casanova.

 (2) Véase al respecto “La propuesta inconclusa”, libro del ex Canciller Augusto Blacker Miller, publicado en Lima en 1993. Su capítulo 8: “Chile: del 29 al siglo XXI”, “Halcones caseros” (páginas 162, 163 y 164) es especialmente ilustrativo, pues señala detalladamente los intentos de la Dirección Nacional de Frente Externo (DINFE-SIN), por intermedio del Mayor EP ® (artillería), y del diplomático de carrera, Embajador Joaquín Heredia Cabieses (prolongado embajador del régimen militar de Velasco en Cuba), de imponer sus criterios y puntos de vista a la Cancillería y sus  equipos de asesores, durante en las negociaciones llevadas  a cabo con Chile.

 (3) Presidida por el embajador Luis Marchand Stens, e integrada, entre otros, por el embajador Hernán Couturier y el abogado Fernando Vidal Ramírez.

 (4) Presentación el 24 de mayo de 2011 del equipo asesor de Defensa Nacional, Orden Interno, Lucha contra el Narcoterrorismo e Inteligencia de GANA Perú. Task Force sobre Seguridad Regional de la Fundación Friedrich Ebert, sede Lima, Perú.

 FE DE ERRATAS:

Una necesaria rectificación:  

En mi artículo anterior en este blog: “La inteligencia después de Ollanta”, mencioné el siguiente nombre: almirante “Oscar Zimic”. Rectifico. Se trata más bien del contralmirante AP Esteban Zimic Vidal, recordado jerarca naval  peruano, quien un 9 de octubre de 1968, como representante de la Empresa Petrolera Fiscal (EPF), nombrado por el Presidente de facto Juan Velasco, tomó posesión  de la expropiada “La Brea y Pariñas”. Respecto al otro personaje aludido, se trata del contralmirante AP Jorge Camino de la Torre. Éste también fue Ministro de Industria de Velasco (renunció por razones de salud a la cartera).  Fueron tres marinos velasquistas: Jorge Dellepiane Ocampo (oficial especialista), José Arce Larco y Jorge Camino de la Torre, quienes ascendieron “en bloque” en 1968 al grado de Contralmirante, curiosamente con tres Resoluciones Legislativas numéricamente consecutivas, durante el primer gobierno constitucional de Fernando Belaúnde.


Escrito por

Eduardo Abusada Franco

Ya olvidé cuántas veces intento mantener un blog. Bueno, aquí voy una vez más. Sólo para bularme de mí mismo y tener donde renegar.


Publicado en

El Hocicon (blog pobre, pero honrado)

Para burlarme de mi mismo y renegar un poco