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Izquierda a derecha: Mediados de los años setenta; General FAP Dante Poggi Morán, Ministro de Aeronautica, general EP Leonidas Rodriguez Figueroa, descendiéndo del avión soviético Ilyushin IL-62 de Aeroflot, luego de visitar oficialmente La Habana para afianzar relaciones polìtico-militares, embajador de Cuba en Lima, Comandante FAR Antonio Núñez Jimenez y general Jorge Fernández Maldonado Solari, Ministro de Guerra. Los cuatro personajes estuvieron muy involucrados en asuntos de inteli

Inteligencia peruana: ¿Retroceso autoritario?

Publicado: 2011-04-24

INTELIGENCIA PERUANA:

¿RETROCESO AUTORITARIO?

(a propósito de los resultados en primera vuelta electoral)

 

Por: Andrés Gómez de la Torre Rotta

Luego de conocidos los resultados de la primera vuelta electoral en el Perú, vale la pena escudriñar un poco y hacer un breve ejercicio de futurología del Sistema de Inteligencia en el país.

Por la región: Venezuela, con su frustrada Ley Sapo del 2008 (Decreto 6.067 del 28 de mayo); Nicaragua, y su nueva Ley de "Seguridad Democrática", que según el proyecto de Ley original del Ejecutivo, fortalecía notoriamente a su Dirección de Inteligencia de Defensa (DID); y Bolivia, embarcada en un proceso para la creación de la Dirección de Inteligencia del Estado Plurinacional (DIDEP), son los países interesados en el rediseño de sus aparatos de Inteligencia.

Principalmente en Venezuela y Bolivia están presentes los cubanos (con su DGI o su histórico G-2, de gran experiencia histórica por nuestra región) e Irán (con la VEVAK, servicio de Inteligencia de gran vocación internacionalista reciente, especialmente hacia América del Sur). Los wilkileaks trajeron el bienvenido aporte de ventilar una gran verdad: Hugo Chávez confía más en la mística cubana que en los poco competentes y crematísticos hombres del edificio El Helicoide (Cuartel General de la ex DISIP, hoy SEBIN). ¿La embajada de Cuba en Lima jugará nuevamente, como en los años setenta, algún rol en la reorganización de la Inteligencia peruana de imponerse electoralmente el nacionalismo?

La propuesta de Keiko Fujimori acerca de que el Sistema de Inteligencia Nacional (SINA) debería dedicarse a perseguir o monitorear a los terroristas liberados durante el periodo 2001-2006, ¿es quizá una señal emitida para afirmar la policialización de la Inteligencia o preludio de algún ricorsi?

Recordamos que Brasil, Argentina y Chile dejaron impolutas sus leyes de Inteligencia de 1999, 2001 y 2004 respectivamente, en situaciones de transición política. En Brasil la Ley 9883 se promulgó en el gobierno del PSDB de Cardoso y el PT de Lula la respetó; en Chile durante el gobierno de la concertación de Ricardo Lagos, la alianza derechista de Piñera, hasta el día de hoy, no muestra indicadores para su reemplazo o modificación. En Argentina la norma 25.520 fue sancionada languideciendo un gobierno radical (UCR), siendo respetada casi en su totalidad por el post-peronismo kirchnerista, aunque ciertamente la Secretaría de Inteligencia (SI) es la que menos refleja imparcialidad política entre los casos antes señalados. Igual ocurrió en España: en el 2002, con los populares en el poder, el PSOE no planteó ulteriormente cambios a la normativa reguladora del Centro Nacional de Inteligencia y de Control Judicial Previo del CNI. No hubo cuestión de Estado en el asunto.

LAS CANTERAS PARA LA ¿INTELIGENCIA?

Un denominador común entre las dos opciones presidenciables, después de la primera vuelta electoral, para encontrar a aquellos "cuadros" que se integrarían al próximo proceso de Inteligencia, lo sería recurrir a personal del Ejército en actividad y retiro, particularmente de sectores nacionalistas, neo-velasquistas y pro-fujimoristas que han permanecido tradicionalmente en esa rama. Tangencialmente lo será, como segundo escalón de ambos casos, miembros de la Policía. Así, Marco Miyashiro Arashiro, en el fujimorismo, es una solitaria cara presentable que representa en esa colectividad de Inteligencia.

Muy inclinado al fujimorismo están los viejos y dispersos cuadros de ex trabajadores civiles provenientes del ex SIN, pertenecientes a varias generaciones que fueron licuados en la vorágine de su caída el año 2000, tras los gobiernos de Valentín Paniagua y Alejandro Toledo. Algunos pocos de ellos se han dedicado a difundir un acomodaticio tinglado consistente en la supuesta división entre, por un lado, un "SIN democrático" cercano a Fujimori en los años noventa integrado por cuadros "expertos", "experimentados" y "duchos", sin responsabilidad penal, civil y administrativa -que por cierto, según ellos, están "desperdiciados", y deben ser reincorporados a la DINI-; y del otro lado, un SIN "delictivo" paralelo, montesinista, muy lejano y distante de sus antiguos quehaceres. Esa "tesis" coincide en cierto modo con la visión keikista de un fujimorismo demócrata y su lado residual accesoriamente oscuro: el SIN montesinista. Trabajadores cesados del ex SIN durante el gobierno de Alejandro Toledo ya estarían buscando apoyo entre virtuales Congresistas electos de la organización política Fuerza 2011 para incorporarse a la Dirección Nacional de Inteligencia (DINI).

Otra cantera no menos desdeñable, y atractiva para Keiko Fujimori, en Inteligencia (también extensivamente al sector Defensa) provendría del giampietrismo, reciclado en la organización política Cambio Radical de Alex Kouri. De ese sector podrían provenir elementos de un rama castrense que laboró en la Comisión de Inteligencia del Congreso, o bien durante el tramo final del gobierno del Presidente Toledo en un alicaído e inoperante CNI, dirigido entre el 2004 y 2006 por un contralmirante retirado, muy cercano al actual vicepresidente. También de abogados ligados al SIN que trabajaron para el Estado en los años noventa, hoy asesores del Vicealmirante, con "expertise" en "derechos humanos", "guerra jurídica contra las Fuerzas Armadas" y retiros parciales de cortes internacionales de derechos humanos, que integraron efímeramente la lista parlamentaria de Fuerza 2011.

Por su parte, el nacionalismo exhibe un sorpresivo como inesperado discurso reciente sobre "control democrático" y "conducción civil" del sector defensa… ¿alcanzaría al SINA y la DINI? Hay en sus filas un candidato al Parlamento Andino, politólogo civil, que laboró en el CNI durante la gestión de otro Vicealmirante; también tiene un ex jefe del SIN entre 1981 y 1982, el General EP Ludwig Essenwagner Sánchez, que asesoró al Humalismo en la campaña electoral de 2006. Pero un ángulo no visto todavía, es la posibilidad que esta colectividad asuma el modelo de la reforma ecuatoriana de Rafael Correa: ese gobierno acudió a intelectuales liberales, de izquierda democrática, específicamente de la FLACSO-Quito, para remodelar su Sistema de Inteligencia, lo que se inicia con una Comisión reformadora, prosigue con la creación de la nueva agencia (la SENAIN), y culmina con una nueva Ley de Seguridad Pública y del Estado entre el 2008 y 2009. Ésta es, indiscutiblemente, una reforma anti–norteamericana, pero no lo es de corte antidemocrático y está lejos de Venezuela.

Complicado será, para el fujimorismo, ocultar lo evidente. Hubo excelentes relaciones entre Alberto Fujimori, Fidel Castro y especialmente con Hugo Chávez. Igualmente, existió intenso nexo entre el SIN peruano y la DISIP venezolana durante el segundo quinquenio de los años noventa. Un ex jefe del SIN y posterior ex Ministro de Defensa de Fujimori, el General Julio Salazar Monroe, fue designado, nada menos, que Embajador en Caracas en el año 2000. El otrora hombre fuerte de la Inteligencia bolivariana, José Eliécer Otayza Castillo, preparó un Proyecto de Ley para la reconversión de su Sistema de Inteligencia; el Sistema Nacional de Seguridad (SNS), de inspiración peruana neta. El otrora todopoderoso asesor de Inteligencia peruano terminó sus días de libertad en tierras llaneras, capturado por la Inteligencia militar (DIM), lo que percutó adicionalmente la salida paralela de Otayza de la DISIP. Nos viene al recuerdo la frustrada Ley Sapo de Inteligencia del 2008: tuvo más que obvias coincidencias con la textura de las normas peruanas de Inteligencia de 1991 y 1992; finalmente, un entusiasta militar venezolano, el Capitán de Navío y experto en Inteligencia, Edgar Blanco Carrero, como sub-jefe de la DISIP y a su vez jefe de Inteligencia exterior de ese organismo, fue quien planteó doctrinariamente a fines del año 2000 la adscripción de la Inteligencia bolivariana al esquema diseñado en el Perú de los noventa.

En tal contexto, surgen otras preguntas: ¿si el golpe del 5 de abril de 1992 es una medida "irrepetible" también lo será el SIN?, o ¿habrá un nuevo SIN paralelo que resurgirá aggiornado desde la DIROES y la Base Naval?, o ¿se hará realidad lo que George Orwell, en su obra titulada "1984", narra cómo en una supuesta sociedad la Policía del Pensamiento persigue, vigila y controla a todos los se muestran en contra?

LA TRAMA: "SIN" INTELIGENCIA LEGISLATIVA

Ni el fujimorismo, ni el nacionalismo plantearon formalmente mediante sus Células Parlamentarias en el Congreso (2006-2011), ninguna propuesta legislativa, ni mostraron intenciones de modificar la Ley Nº 28664 del 2006 en algún sentido, (pese a tener importante representación en las Comisiones de Inteligencia y Defensa Nacional, Orden Interno, Desarrollo Alternativo y Lucha contra las Drogas). Sólo hubieron dos proposiciones legislativas sobre la materia, los proyectos Nº 1757/2007-CR y 4273/2010-CR, y obedecieron a otros grupos parlamentarios: "Alianza Parlamentaria" (Alberto Andrade) y "Alianza Nacional" (Walter Menchola).

Pero, ante esa circunstancia, apareció el encubierto fenómeno del transversalismo: el Proyecto de Ley Nº 2563/2007-CR del 9 de julio del 2008 (Luis Giampietri), el mismo que hizo resurgir el modelo de estructuras de Inteligencia fujimoristas de los años noventa. Aunque muy mal redactada, y plagada de incongruencias, la iniciativa mostró indicadores clarísimos de las intenciones, pues proponía el retorno al esquema de Dirección Central (modificación por adición planteada al artículo 5º, numeral 2º de la Ley 28664 en el Proyecto de Ley), aunque nunca se desarrolló o explicó en la Exposición de Motivos de dicho proyecto de ley (punto I.4), el alcance de esa propuesta que consistía, camufladamente, en revivir los artículos 7º sección I y Capítulo III, y 7º Capítulo III, piedra angular de los dispositivos Decreto Ley. Nº 25635 (1992), y del Decreto Legislativo Nº 746 (1991), respectivamente.

Otro argumento esgrimido en el proyecto de ley de marras Nº 2563, en su página seis, se presta a inferencias y conjeturas de alcance político, fue la equivocada teoría en el sentido que a la DINI "(…) se le restringa [sic] (textualmente, y así está de mal redactada) su accionar en el Campo Militar (…)". Tal confusa teoría es repetida y asumida como propia por el Almirante Jorge Montoya en el diario "La Razón" de Lima, el 30 de abril del 2010. Parece que nadie se enteró que quienes impulsaron y organizaron la tradicional división de la Inteligencia Nacional, con los Sistemas de Inteligencia de campos militares y no militares (SICAM y SICANOM), y un órgano rector que produce e integra recibiendo las Inteligencias sectoriales, fueron nada menos que los siguientes tres Almirantes: Edgardo Colunge Guevara, Javier Ernesto Rocha Mujica, ambos jefes consecutivos del SIN de Fernando Belaúnde entre 1983 y 1985; y Jorge Du Bois Gervasi, en 1984, firmante de los Decretos Legislativos 270 y 271 en calidad de Ministro de Marina.

Si algo se quitó, restringió o anuló en la Ley 28664 del 2006 ¿por qué no se propuso consecuentemente entonces en el proyecto Nº 2563 su respectiva reinserción o reincorporación? En todo caso surge otra pregunta, ¿el fujimorismo retomará en cuanto a Inteligencia el esquema de dirección central del SIN de los noventa planteado por Giampetri? Complementariamente, si nos atenemos a la fundamentación del citado proyecto Nº 2563 y a las declaraciones de Jorge Montoya, ¿el fujimorismo (o el humalismo) otorgará(n) y sacralizará(n) futuras facultades para la incursión de campos no militares (políticos, económicos, sociales, y otros) a las Inteligencias de las Fuerzas Armadas tal como se hizo, a efectos prácticos, en los años noventa?

MÁS FUTUROLOGÍA

Nunca vimos un SINA y DINI demasiado fortalecidos con la Alianza para el Gran Cambio. Eso sí, en este sector existen interesantes ventanas de oportunidad para la constitución de "Núcleos de Inteligencia", es decir, grupos pequeños altamente especializados, competitivos entre ellos, que atiendan las necesidades de los tomadores de decisión bajo la moderna modalidad de outsourcing. Allí sí puede existir transvase, o endose de cuadros, de Alejandro Toledo y PP: nos referimos a los ligados o cercanos, pública, académica, oficial, oficiosa o empresarialmente a los Estados Unidos. Las prioridades no son muy difíciles de intuir en esta colectividad: el frente interno con el narcotráfico, el lavado de activos, el terrorismo, el crimen organizado, los conflictos sociales y la seguridad ciudadana. 

CONCLUSIONES

Muy errónea y sesgada fue en estos últimos diez años, aquella ligera y superficial interpretación acerca de que el proceso de Inteligencia nacional más o menos reciente en el Perú, se encuadra en pensamientos dicotómicos de segmentos contrapuestos catalogados como "buenos y malos", "demócratas y autoritarios"; cuadros "limpios y sucios"; "experimentados y/o noveles"; "patriotas y caviares", "leales y traidores", etcétera. Existe por toda esta experiencia transitada un amalgamado fenómeno de transversalismo, el mismo que no quiso ser visto por ciertos raciocinios y especialmente memorias acomodaticiamente selectivas, o intereses particulares centrados únicamente en su desesperada y ansiada reincorporación o retorno a Inteligencia.

Mucho del enfrentamiento, proceso y situaciones producidas en la Inteligencia de la década pasada tuvo que ver con la sempiterna pugna entre el Ejército y la Marina por el control del aparato de Inteligencia. Ello comenzó a mediados de los años ochenta cuando la Marina, por vez primera, obtuvo la conducción del SIN, rompiendo con el tradicional monopolio del Ejército desde 1960. Ésta es una situación que va a perdurar en cualquier escenario mediato o inmediato, y forma parte de ese transversalismo aludido.

Desde mi punto de vista, sobre la última década de Inteligencia, Valentín Paniagua no se equivocó con Juan Campos Luque; ni Alejandro Toledo con Fernando Rospigliosi, Juan Velit y Carlos Chamochumbi. Igual Alan García con Héctor Bertrán, Danilo Guevara y Enrique Obando. Estas honorables y decentes personas mencionadas laboraron dentro de contextos nada fáciles, de reconstrucción de la Inteligencia peruana. No tuvieron la suerte, a diferencia de los años noventa, del tremendo presupuesto ni el total apoyo político necesario. Pero eso hoy ya pasó y ¡ya fue!; es simplemente historia. Marco Sifuentes ha sido especialmente lacónico y contundente cuando señaló a través de un medio de comunicación social masivo que el período democrático iniciado el 2001 ya culminó. En lo que a la Inteligencia Nacional respecta, pienso que ahora ingresamos, de lleno, a una nueva y dificultosa etapa, caracterizada por tremenda y tamaña incertidumbre. En la frontera del caos, parafraseando el título de un libro de Andrés Oppenheimer: ¿Acaso una historia SIN fin?

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Escrito por

Eduardo Abusada Franco

Ya olvidé cuántas veces intento mantener un blog. Bueno, aquí voy una vez más. Sólo para bularme de mí mismo y tener donde renegar.


Publicado en

El Hocicon (blog pobre, pero honrado)

Para burlarme de mi mismo y renegar un poco